Por desgracia, Freyr llegó a nosotros después de intentar escapar de la cría irresponsable de los anuncios en Milanuncios, buscando un cachorro más adecuado. Cuando lo adquirimos, pensábamos que, al ser un veterinario, haría las cosas correctamente. Sin embargo, resultó ser uno más de esos que junta a sus perros sin tener el conocimiento necesario sobre la raza, la cría, la genética, etc. Además, nos entregó a Freyr sin ningún certificado de cadera, codo o taras oculares, y para rematar, el pedigrí que nos proporcionó era falso, tramitado por una canina que los emite al instante, sin ningún valor real.
Freyr nos fue entregado justo al mes de nacer, cuando apenas había comenzado a comer pienso sólido, sin haber pasado por la etapa de las papillas. Estaba apartado de su madre en una habitación cerrada, oscura y lúgubre. Nos dio tanta pena que quisimos llevarnos a todos los cachorros. El resultado de esta cría irresponsable fue que Freyr tuvo problemas para tolerar la comida. Aunque no buscábamos un perro de competición, sí esperábamos algo más cercano al estándar, pero, afortunadamente, sus caderas están bien. No obstante, tuvo una intolerancia a los repelentes contra el mosquito de la leishmaniosis. Durante su segunda vacuna contra la leishmaniosis, sufrió una reacción tan grave que se desplomó, quedándose inconsciente. Tuvimos que reanimarlo, afortunadamente, mientras estábamos en el veterinario. Con el tiempo, le colocamos el collar Scalibor para protegerlo del mosquito, pero el pobre tuvo una reacción tan fuerte que le tuvimos que rapar toda la zona del collar, ya que este se incrustó en su piel, provocándole pus y heridas horribles.
Aunque Freyr no se ajuste físicamente a nuestro prototipo ideal de perro sano ni a lo que imaginábamos morfológicamente, para nosotros es el rey de la casa. Y, de hecho, nuestra forma de criar se basa en evitar todos los problemas que nosotros tuvimos con Freyr, entre otras cosas.